Seguimos trabajando con memorias de traducción, que son el
grueso de la asignatura. En concreto durante la última clase estuvimos viendo corpora
paralelos. Si anteriormente habíamos trabajado con OmegaT; esta vez
fue el turno de DejàVu (gratuito). En un corpus paralelo aparecen el
texto origen y su traducción alineados.
Y éste fue el nuevo concepto que ha pasado a engrosar la lista de
conocimientos adquiridos sobre Informática: la alineación.
Alinear es comparar el texto origen con su traducción haciendo
coincidir los segmentos correspondientes y uniéndolos como unidades de
traducción. Y eso fue lo que estuvimos practicando.
No es complicado, es un procedimiento fácil. Tanto, que hasta yo,
que para estas cosas soy poco ágil, supe hacerlo bien y enterarme. El único
problema que puede surgir a la hora de alinear un texto, es una falta de
correspondencias al dividirse un segmento del texto origen en dos en la
traducción. Esto ocurre por ejemplo con los dos puntos, que automáticamente se
considera que dividen dos segmentos. Pero es un problema que se solventa
fácilmente con las herramientas para modificar segmentos y que te permiten
unir, separar, borrar etc.
Creo que está de más recalcar la importancia de las herramientas
de alineación, pero no obstante puntualizo que el tener la traducción en
paralelo es una gran ventaja. Es una forma de tener bien organizados los textos, que además te ahorra mucho tiempo.
Por cierto, ahora que me doy cuenta, Linguee, herramienta que yo uso bastante a la hora de hacer traducciones, ¡utiliza la alineación! Nunca me había percatado...
Me gustaría acabar haciendo mención a las distintas herramientas de
alineación. Nosotros en clase vimos DejàVu y WinAlign, incluida
ésta última en el paquete de Trados. Pero también existen otros de
código abierto, como Bitext2tmx, para programas de memorias de traducción
que no cuentan con un alineador de textos propio.
Ah, existe un formato estándar para las memorias de traducción:
TMX. Bueno saberlo…